Si estás aunque sea un poco enterado del mundo wellness, entonces probablemente has oído hablar sobre los probióticos lactobacilos. El consentido de las tiendas saludables y los blogs de nutrición. En el cuidado de la piel, los lactobacilos ayudan a calmar y reconfortar la piel al instante ante la sequedad, y la piel tirante, ambas sensaciones consecuencia de una piel irritada. Sí, lactobacilos calman y equilibran la piel igual que los probióticos lo hacen en el estómago. Cuando se trata de piel con problemas, este ingrediente es como un salvador. Aplícalo y di ¡Ahhhhhh!

Productos fermentados para el cuidado de la piel
Los lactobacilos son probióticos fermentados y sus propiedades y efectividad pueden variar dependiendo de quién y como se procese Piensa en la kombucha. Piensa en el yogurt. Los lactobacilos utilizados en Clinique iD Active Cartridge Concentrate para la irritación están hechos por los científicos de Clinique y se someten a un proceso de fermentación que rompe la materia prima en moléculas simples para que tu piel las pueda absorber y utilizar de forma inmediata. Todo gira en torno a preparar el camino para calmar tu piel, es por eso que sentirás un verdadero alivio tan pronto lo apliques.

No más piel enojada
¿Un alivio inmediato de qué, específicamente? De la sensación de tener una piel seca, tirante, molesta, ese malestar que las personas con piel irritada experimentan todos los días. Los lactobacilos no solo calman, también logran equilibrar la piel. Y con el uso constante, se puede ver una reducción del enrojecimiento. Esto se traduce directamente en menos preocupaciones –y menos base de maquillaje para cubrir las manchas–.

Defensa especial
Los lactobacilos son una adición inteligente a la rutina diaria para el cuidado de la piel, para todos aquellos que padecen irritación, aunque es igual de efectiva en todos los tipos de piel. Después de todo, fortalece las defensas naturales en contra de la sensibilidad aportando un alivio inmediato, y con el tiempo ayuda a disminuir las rojeces como la eritrosis y la rosácea.